Humberto Maturana: Responsables de lo que ocurre en comunidad

Por Humberto Maturana, biólogo, cofundador de la Escuela Matriztica
Los problemas humanos no surgen de errores en el razonar sino que surgen de conflictos en el emocionar. Los errores del razonar surgen como equivocaciones al operar con coherencias lógicas en un dominio de coherencias operacionales particular, y se resuelven revisando las operaciones hechas en ese dominio.

Los problemas humanos, en cambio, surgen en el entrecruzamiento inconsciente de deseos contradictorios, y se resuelven desde un meta-dominio reflexivo que permite, como un acto en la emoción, mirar esos deseos y hacerse cargo de si uno quiere o no quiere el mundo y el habitar que surgiría si uno dejase que uno u otro de esos deseos guiase su hacer.

El entender y el actuar es siempre un acto individual que surge en el ser co-creador con otros de un habitar en una comunidad. Todo ser vivo existe en un mundo que surge con el, y que como habitar ocurre como una trama relacional de múltiples dimensiones que constituye el ámbito en que se realiza su vivir. El actuar de un ser vivo ocurre siempre en una localidad operacional desde la que no se ve toda la trama relacional del habitar que vive pero la implica.

Los seres humanos vivimos en comunidades constituidas como redes de conversaciones en una biosfera que nos contiene y hace posibles como el ámbito biológico en que se da nuestro vivir. Los seres vivos existen en la realización de su vivir como individuos. Todo organismo opera desde sí como centro corporal dinámico donde se entrecruzan todas las dimensiones de la existencia que surge desde el. Por esto todo ser vivo opera como el centro del cosmos desde su existir como totalidad cerrada infranqueable en tanto sistema autopoiético. Los seres humanos como seres que existimos en el lenguajear somos una anomalía, somos seres que desde el explicar nuestro existir como seres conscientes vemos el cosmos que vivimos como lo que nos contiene.

Los seres vivos existimos en comunidades de distintas clases. En particular, los seres humanos existimos en comunidades integradas por individuos conscientes de sí mismos que pueden reflexionar sobre su propia existencia y ser conscientes de que con su vivir van configurando los mundos que viven y que estos no pre-existen a su vivirlos.

La convivencia en comunidad ocurre como un ámbito de existencia que se configura en el convivir de los individuos que la componen desde su vivir individual. De manera recíproca, el vivir individual de los miembros de una comunidad se configura en la convivencia que estos contribuyen a generar con su participación en la convivencia que se vive en la comunidad que integran.

Todo lo que los seres humanos hacemos o pensamos todo lo hacemos o pensamos en nuestra realización como individuos en la localidad de nuestra individualidad, ya sea que nos encontremos solos o en comunidad. Más aún, todo lo que hacemos, pensamos o sentimos los seres humanos, lo vivimos desde el trasfondo de nuestro existir fundamental como seres conscientes que operan o pueden operar en la reflexión con conciencia de sí. Se surge un individuo humano de una clase u otra según el convivir que se viva en la comunidad que se integra, y el convivir que se vive en la comunidad que se integra surge con un carácter u otro según sea el vivir individual que vivan quienes la integran con su vivir.

Aunque las comunidades humanas estén compuestas por seres que operan o pueden operar como individuos conscientes de sí, no son conscientes de sí. Solamente los seres humanos, en tanto existen en el lenguaje operan, o pueden operar, con conciencia de sí, capaces de mirar sus actos y sus deseos y preguntarse si quieren su hacer o su desear, o si quieren lo que dicen que quieren.

Las comunidades humanas no pueden hacer esto en tanto comunidades, y su operar como conjuntos humanos aparecerá ante un observador implicando más o menos conciencia social, ética, espiritual, o ecológica, según sea el operar consciente de quienes la integran. Los individuos que integran una comunidad son los únicos que pueden ser conscientes y, por lo tanto, responsables, de lo que ocurre en el interior de una comunidad, o de las consecuencias que el modo particular de ser de la comunidad trae sobre el entorno biológico y no biológico que la sostiene y hace posible.

De acuerdo a todo lo anterior pensamos que el problema central que vivimos los seres humanos como humanidad en el presente de la cultura patriarcal/matriarcal que vivimos, surge de la oposición de los deseos de poder, control, y dominación,... que constituyen el trasfondo emocional de esta cultura, y el deseo de cuidado y de conservación de lo humano y el entorno en el respeto por si mismo y por los otros, que en el fondo todos tenemos. Lo que queremos decir lo sintetizaremos en los siguientes puntos:

1.Los seres humanos somos seres vivos.
2.Los seres humanos somos biológicamente seres amorosos aun cuando podemos cultivar el desamor.
3.En el desamor nos enfermamos del cuerpo y del alma.
4.Los seres humanos como seres que existimos en el lenguaje podemos reflexionar sobre lo que hacemos y nuestros deseos.
5.Estas reflexiones nos llevan a visualizar algunas leyes sistémicas que guían el devenir de todo sistema en general, y el devenir humano en particular.
6.En estas circunstancias nuestro verdadero tema es queremos conservar en el devenir de nuestro vivir humano. Lo que se conserva define lo que puede cambiar.
7.Todo cambio cultural ocurre como un cambio en la configuración del emocionar que define lo que se conserva, y por lo tanto lo que puede cambiar. Todo cambio cultural es un cambio en el emocionar.
8.Lo que queremos es un cambio cultural, pero si no sabemos que lo que define a una cultura es el emocionar que sus miembros generan y conservan con su vivir al vivir en ella, no podremos hacerlo ...
9.... y no podremos hacerlo porque pondremos nuestra atención en lo que queremos cambiar generando oposición, y no en lo que queremos conservar generando inspiración.

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